La orquesta barroca Nereydas y el contratenor Filippo Mineccia, dirigidos por Javier U. Illán, brindaron un concierto espléndido que rezumó brillantez y elegancia.
LA TRIBUNA. Sandra Redondo
La Italia en la que el Greco adquirió de joven su maestría en el uso de la luz y los colores cálidos vio nacer hace trescientos años a otro genio de la luz, el compositor napolitano Niccolò Jommelli, quien desarrolló con exquisita elocuencia un lenguaje propio impregnado de luminosidad. A ellos dos rindieron homenaje ayer en San Pedro Mártir la orquesta barroca Nereydas y el contratenor Filippo Mineccia, con el toledano Javier Ulises Illán al frente, en un concierto espléndido desde todos los puntos de vista.